martes, 13 de diciembre de 2011

Discriminación "alimentaria"



Los conejos blancos bebían en la parte más alta del río y comían la hierba que crecía a sus orillas. Los conejos negros bebían en la parte baja del río y comían la hierba que crecía allí, el agua estaba un poco sucia y la hierba marchita y menos jugosas, pero era de todos modos una comida aceptable y casi siempre suficiente.

TUSQUESTS, Esther (2011): La conejita Marcela, Kalandraka, Libros para soñar, s/p.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Cena generosa


Viana tomó asiento junto a Belicia y la madre de esta. Pronto, los criados empezaron a traer platos, mientras los invitados del rey comentaban con alegría los sucesos de la jornada y el vino corría generosamente. Se sirvieron pastelillos de piñones, crema de guisantes, perdices escabechadas, cochinillos asados, potaje, cordero a la miel… Cuando sacaron el guisó de carne de buey, Viana estaba tan llena que dejó de prestar atención a la cena para charlas con Belicia; las dos contemplaban disimuladamente a los jóvenes caballeros aparentando disfrutar de la música que amenizaba la velada.

GALLEGO,  Laura (2011): Donde los árboles cantan, Madrid, SM, pág. 23.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El moho verde del pan no se puede disimular más...

El dueño de la cafetería vende durante los recreos bocadillos, chocolatinas y batidos de chocolate a precios prohibitivos. El usurero se lo puede permitir porque el supermercado más cercano está justo a los pies de la montaña donde está el colegio, y durante el recreo no da tiempo a hacer todo el recorrido. Por eso, el dueño de la cafetería puede pedir lo que quiera por sus bocadillos. Pero parecer ser que no se contenta con tener el monopolio. Quiere sacar el mayo beneficio a su negocio y vende siempre lo que le va sobrando de un día para otro como si fuera mercancía fresca, así hasta que el moho verde que le sale al pan no se puede disimular más.
Los bocadillos de tortilla son un recurso muy apreciado entre los alumnos que no tuvieron tiempo de estudiar para un examen. Después del segundo bocado, empiezas a sentir un sudor frío; con el tercero te pones verde; a partir del cuarto, te retuerces de dolor en el suelo y, a mucho tardar, después del quinto, te envían a casa o directamente al hospital. No es de extrañar que los bocadillos de tortilla de días anteriores cuesten el doble que los que están recién hechos…

BERTRAM, Rüdiger (2011): Coolman y yo, Alzira, Algar, p. 70 i 71.
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