miércoles, 30 de noviembre de 2011

La desnutrición trae consigo enfermedades...


“…los hombres, al formar parte de los ejércitos de forma masiva, no pueden dedicarse a cultivar la tierra y así obtener los productos necesarios para alimentarse. La desnutrición trae consigo muchas enfermedades, algunas contagiosas, que dan origen a epidemias que causan la muerte a un gran número de personas. Cuanta menos gente y recursos se tienen menos posibilidades existen de producir otros bienes necesarios, como los vestidos, los útiles de cocina, los muebles y de más cosas que dan la riqueza y el bienestar a los países. La única industria que se mantiene suele ser la de fabricación de armas”.

GÓMEZ MONTEJANO, ANTONIO (2001): Los cuadros del tiempo, Barcelona, Magisterio Casals, p. 51.

martes, 22 de noviembre de 2011

... como para ir de expedición al Himalaya



“Hay personas que asocian las ganas de comer con la salud y hasta con la felicidad misma. Para ella, no había mejor noticia que el apetito de sus dos hombres, o sea, mi padre y yo. El desayuno fue como para ir de expedición al Himalaya. Primero, un zumo de naranja, después un tazón de cereales seguido de tortitas con miel y tostadas con mermelada casera de manzana. ¡Un festín! Cuando me lo terminé todo, creí que iba a estallar como un sapo.
-¿Quieres algo más?
-Si meto algo más en el cuerpo, reviento.
-Tú lo que necesitas es comer, que estás en edad de crecer. Todos los días pareces cambiar de talla y no comes lo suficiente, por eso estás más flaco que la radiografía de un silbido. Luego, ya se sabe…”

ÁLVAREZ, Blanca (2005): El escritor asesino, Barcelona, Edebé, p. 94.

martes, 8 de noviembre de 2011

Castañada... casi estival

La temperatura era estival pese a que nos hallábamos a finales de octubre. Las castañeras, escotadas y remangadas, se afanaban en mantener y avivar el rescoldo y hacían saltar centellas de fuego entre las castañas y los boniatos. El aires se llenaba de olor a castañas tostadas, pero no me apetecían como otros años porque hacía demasiado calor para quemarme y tener que soplarme las yemas de los dedos.

LIENAS, Gemma (2009): Así es la vida, Carlota, Barcelona, Planeta, p. 54.


Activitats de lectura

martes, 1 de noviembre de 2011

Comer de Pícnic

Los guías nos han repartido unas bolsas de papel en las que ponía PICNIC porque haremos una excursión y comeremos en la montaña. Hemos mirado qué había dentro y no tenía demasiada buena pinta: un bocata de queso, otro de un embutido muy extraño de color naranja, un trozo de lechuga y un yogur. En cambio el Melón tenía un huevo duro y un plátano. Es un enchufado porque viaja en otro autocar de más categoría que el nuestro. Nos ha dicho que partiría el huevo en tres pedazos y lo compartiríamos, pero que el plátano no, porque tiene mucho potasio y él necesita potasio.

CARRANZA, Maite (2011): Víctor y los vampiros, Barcelona, Edebé, p. 114.

El menú de Jonathan Harker


El guía nos ha explicado que antes no existía porque Bram Stoker se lo inventó, pero que lo construyeron no hace mucho para los turistas como nosotros, que les hace ilusión creer que sí, que están en el mismo lugar que el personaje de la novela.
Es un hotel bastante normalito que tiene un restaurante bautizado como Jonathan Harker. Fuera de la sala está colgado el menú de la cena de Jonathan Harker:
Robber Steak
Carne de buey con tocino, cebolla y pimiento rojo
Vino Golden Mediasch
Qué asco. A mí no me gusta el pimiento. Mi padre, en cambio, ha flipado y se ha hecho el listo.
-Eh, para cenar tenemos el menú que cenó Jonathan Harker en la novela. Es increíble.


CARRANZA, Maite (2011): Víctor y los vampiros, Barcelona, Edebé, p. 70
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